INFORME REGIONAL MUJERES, TIERRA Y OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE

El informe regional tiene como marco referencial el quehacer de la International Land Coalition ILC, espacio que con su trabajo a nivel global, regional y nacional, contribuye a fortalecer y visibilizar los derechos sobre la tierra como demandas fundamentales de los pueblos, nacionalidades y poblaciones rurales, sin los cuales no se puede pensar las agendas de desarrollo. En este contexto, la Fundación Plurales impulsa un espacio de articulación con varias instituciones y organizaciones de la región -miembros de la ILC-, que consideran importante desarrollar iniciativas que permitan reflexionar y desarrollar estrategias para hacer de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, herramientas en el esfuerzo por colocar los derechos a la tierra como una prioridad en los países y la región,

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«LA PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES A LA TIERRA EN AMÉRICA LATINA»

Presentamos este Análisis Regional sobre la promoción de los derechos de las mujeres a la tierra en América Latina como resultado de los primeros cinco años de trabajo de la iniciativa ‘Mujer Rural y Derecho a la Tierra’ y en el marco de recientes espacios de reflexión regional como Beijing+25 y los compromisos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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DEFENSORAS AMBIENTALES DENUNCIAN INTERNACIONALMENTE LA VIOLENCIA QUE PADECEN EN COLOMBIA

El 2 de octubre inició la campaña internacional «Juntas Somos Victoria», una iniciativa de la Plataforma de Incidencia Política de Mujeres Rurales Colombianas, Oxfam, International Land Coalition, a través de la iniciativa ‘Mujer Rural y Derechos a la Tierra’, y ‘Somos Defensores’, para hacer un llamado a los distintos gobiernos a nivel internacional a salvaguardar la vida de las defensoras. Las defensoras de los derechos agrarios, ambientales y territoriales en Colombia están siendo amenazadas y asesinadas en total impunidad.

Desde 2016 y hasta octubre 2019, 55 defensoras fueron asesinadas en Colombia, convirtiéndose en el segundo país más peligroso del mundo para estas personas. Por otro lado, en el primer trimestre de 2019 los ataques contra ellas aumentaron un 97%, respecto al mismo periodo del año anterior, rompiendo un nuevo récord con 75 agresiones en este tiempo. Asimismo, las defensoras sufren distintos tipos de violencia, persecución, vigilancia, insultos, allanamientos, agresiones sexuales, tortura y asesinato. Además, muchas veces son estigmatizadas, identificadas con la guerrilla o con bandas criminales, lo que aumenta aún más su riesgo. Entre otras acciones, la campaña incluyó una gira internacional de un grupo de defensoras por Europa, Estados Unidos y la sede de la ONU en Nueva York, para visibilizar y denunciar la problemática que viven las defensoras de los derechos agrarios, ambientales y territoriales en Colombia.

Para conmemorar la lucha de estas mujeres y sensibilizar sobre el tema se creó un rostro de realidad virtual generado a partir de la combinación de los rasgos de las defensoras asesinadas tras la firma del Acuerdo de Paz, siendo el resultado final la suma de todas ellas.

‘Juntas Somos Victoria’ exige medidas a distintos niveles. Por ejemplo, al gobierno colombiano se le pide que consolide la presencia del Estado no armado en las zonas rurales, que implemente de manera efectiva todos los puntos del Acuerdo de Paz, entre otros, los relacionados con el control del paramilitarismo y que ponga en marcha mecanismos de prevención y de protección de las defensoras. También se solicita a la Unión Europea diversas medidas de monitoreo, diálogo o financiación de programas de protección, así como la revisión de los programas de asistencia técnica a Colombia en materia jurídica o policial. Para garantizar una protección efectiva, la campaña también pide al gobierno de Iván Duque asegurar garantías de prevención y protección colectiva con enfoque de género, étnico y diferencial, contando con la participación efectiva de las defensoras en todo el proceso y hace un llamado a la comunidad internacional a tomar medidas para salvaguardar la vida de las mujeres defensoras ante las amenazas y ataques que sufren a diario.

Por otro lado, en el marco de la colaboración con esta campaña y en alianza con Oxfam Colombia, mujeres defensoras colombianas participaron en dos eventos impulsados por la Fundación Plurales: «Derechos humanos, Pueblos Indígenas y Género: Estrategias de incidencia en espacios globales», realizado en Paraguay entre el 23 y 25 de octubre, y «Defensoras Ambientales, Derechos Humanos, Extractivismo y Estrategias de autocuidado en América Latina» (o nuestro link), realizado como evento paralelo en la COP 25 el 7 de diciembre de 2019.

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Nota original

AGROECOLOGÍA: APUESTA DE LAS MUJERES RURALES PARA LA VIDA Y DEFENSA DEL TERRITORIO

Mujeres latinoamericanas están trabajando colectivamente por un compromiso en común: la protección de los derechos de las mujeres rurales. Conscientes de la importancia del aprendizaje conjunto e intercambio de conocimientos para lograr sus metas, más de 39 mujeres representantes de organizaciones sociales de 12 países de la región, se reunieron en el III Encuentro Regional de la Iniciativa Mujer Rural y Derechos a la Tierra de la ILC ALC, realizado del 3 al 7 de febrero en Duitama, Colombia.

Desde sus diversas realidades nacionales, las participantes establecieron objetivos comunes para garantizar el derecho a una vida libre de violencias para las mujeres rurales de América Latina como una forma de lograr también sus derechos a la tierra, así como apostar por la agroecología como una alternativa política, económica y de defensa del territorio. También consideran importante posicionar al campesinado como sujeto político, visibilizar el rol y trabajo de las mujeres indígenas, campesinas y afrodescendientes, así como garantizar la labor de las mujeres defensoras de la tierra y el medioambiente.

MUJERES Y AGROECOLOGÍA, UNIÓN ESENCIAL

Este encuentro permitió a las mujeres construir una apuesta política colectiva a largo plazo para la Iniciativa en torno a la agroecología. “Fue muy interesante juntarnos todas a pensar la importancia de politizar la agroecología y el proceso de alimentación, de luchar por la concepción de la tierra como territorio. No solo pensar en la garantía de acceso y propiedad, si no que esta garantía de acceso a la tierra sirva también para hacer frente a las amenazas de contaminación, persecución, riesgos ambientales o económicos que sufren las comunidades y mujeres”, afirma Ana María Restrepo, coordinadora de la Iniciativa Mujer Rural y Derechos a la Tierra.

Tras realizar un recorrido por las Fincas de la Fundación San Isidro [1], para las mujeres fue de especial motivación conocer la experiencia de Doña Tulia, agricultora de la región de Boyacá que practica la agroecología, la cual demostró cómo con un pedazo muy pequeño de tierra se puede cultivar mucho. “Me llevo para mi organización y para mí la importancia de trabajar nuestra tierra sin importar su tamaño. Lo esencial es trabajar por la soberanía alimentaria, protegiendo las semillas, sin utilizar químicos”, dice Janitzin Gutiérrez de Ecomunnis (México).

A su vez, Janeth Salamanca, de la Fundación San Isidro, explicó que “fue muy importante compartir y escuchar que la problemática de las mujeres rurales no es solo en Colombia, en otros países comparten las mismas dificultades”.

VIDA LIBRE DE VIOLENCIAS PARA LAS MUJERES

Durante el encuentro, las participantes también construyeron conocimiento colectivo alrededor de la violencia patrimonial y económica»[2] contra las mujeres rurales, temática necesaria para articularla no solo al trabajo de derechos a la tierra sino al logro de una vida libre de violencias. “Las violencias contra las mujeres rurales pueden reducir su participación en la producción de la tierra y en la protección y defensa del territorio. Por tanto, garantizar su derecho a una vida libre de violencias es crucial para que, a su vez, estas puedan gozar de otros derechos, como el acceso a la tierra”, explica Ana María Restrepo. Para las participantes fue importante reflexionar sobre cómo articular este tema con el trabajo que realizan en sus organizaciones y comunidades. “Incorporar los temas económicos y patrimoniales es para nosotros un camino a desarrollar que nos parece muy importante para dar mayor soporte a nuestro trabajo”, explica Nhelsyr González, de Acción Campesina (Venezuela).

APRENDIZAJE Y TRABAJO COLECTIVO

Las organizaciones que participaron, miembros de dicha Iniciativa, trabajan por los derechos de las mujeres rurales desde sus diferentes contextos. “Nuestros trabajos, a pesar de que se abordan desde diferentes realidades, estrategias y escalas (local, regional), tienen el mismo objetivo común que es la temática de derechos a la tierra y mujer rural”, explica Adriana Sigcha, de SIPAE (Ecuador). “Los aprendizajes que recibimos y compartimos nos permiten fortalecer nuestro compromiso de trabajo por las mujeres rurales”, continúa.

“Compartiré los conocimientos aprendidos para comprometer a todas las actividades de mi organización a transversalizar el tema de mujeres rurales, que ya estaba presente, pero que con esto nuevo aprendido puede operativizarse de mejor manera”, explica Adriana.Por su parte, Nhelsyr, cuenta los retos que se planeta tras esta experiencia. “Me llevó un desafío para mi país: trabajar en el levantamiento de información sobre la situación de las mujeres rurales, actualmente un tema de mucho desconocimiento”.De otro lado, un aspecto importante para las participantes fueron los acuerdos para elaborar un Informe Alternativo sobre ODS y mujeres rurales en América Latina, herramienta que permiten conectar las situaciones locales de las mujeres con los procesos de incidencia global. Este informe es un trabajo realizado en alianza entre la Iniciativas de ODS y Derechos a la Tierra y la Iniciativa Mujer Rural. En este video, Daniela Savid, de la Fundación Plurales, aborda la importancia de dicho informe.

El Encuentro fue organizado por la iniciativa ‘Mujer Rural y Derechos a la Tierra’, con la coordinación principal de CINEP Programa por la Paz.

1 Sus pilares básicos se basan en la economía solidaria y sostenibilidad, tanto de producción como de comercialización agrícola, pesquera, frutícola y pecuaria; y la participación activa en el mejoramiento social, económico y político del sector rural.

2 La violencia económica puede entenderse como las conductas que afectan la autonomía económica de las mujeres. La afectación al patrimonio, es una forma de esa violencia económica. Algunas de estas conductas son retener el dinero destinado a los gastos del hogar y la familia o los títulos de propiedad solo en cabeza del hombre.